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ZAHORÍ - Lola Irún


La poeta Lola Irún, autora entre d'altres dels poemaris Habitar la incertidumbre, Sombras fugitivas o Entretrés va ser finalista, per segon any consecutiu, del III Premi de Poesia Lorenzo Gomis, 2022 organitzat per la Revista Literaria el Ciervo.


El poema va ser publicat per la Revista El Ciervo i ara el reproduïm al nostre blog, seguit d'un comentari del poeta i escriptor Jorge Rodríguez. Gaudiu de la descoberta.



ZAHORÍ


Agradezco que exista,

todavía,

una escucha paciente

para encarar la falla originaria.


Escarbando preguntas

bajo tierra,

descubriendo lo oculto,

palpando el desamparo en las raíces,

sin una lluvia inversa que fecunde la duda.


Con la vara sin nudos de avellano

y la horquilla adivina

vas sintiendo las vetas minerales,

el fluido magnético,

corrientes subterráneas.

La presencia buscada y presentida,

el movimiento augurio.


Y los pozos antiguos en los campos

donde versan

los frutos y las ramas.


El cultivo en las manos, la vibración que irrumpe.


Un zahorí que busca

un chorro de agua limpia

en las palabras.



Comentari del poema “Zahorí”, de la poeta Lola Irún


Querida Lola:


Enhorabuena por el reconocimiento. He leído con delectación el poema, este "Zahorí"/Poeta cuya labor tan bien reflejas en los versos. Me gusta especialmente el doble sentido que, a mi juicio, confieres a la palabra "zahorí", que es poco más o menos que la de la poeta que escribe. Tienes una facilidad envidiable para crear imágenes exteriores que necesariamente se funden con las interiores sin por ello llegar a confundir al lector. Eliges, además, palabras y expresiones directrices, amojonadoras del sentido (de los sentidos) de la búsqueda que sin lugar a dudas motiva cada poema (y este no es una excepción). Tras unas primeras lecturas, me quedo con la "vara de avellano", el "versar" y el "cultivo en las manos". Por partes: la vara de avellano, dada su múltiple función y sus variadas características, nos da noticia de un doble perfil en quien la blande: la amabilidad/suavidad, no exenta de firmeza, de su composición constituye una herramienta guiadora tanto como descubridora: señala, pero también dirige (no impone, sino dispone). Es útil de recolección y apéndice benéfico de quien pastorea; es punta de lanza del ansia, de la sed que se encalma antes de satisfacerse, como amparada por una presciencia que no necesita demostración o alumbramiento inmediatos.


El versar, que connota peritaje, es asimismo trabajo paciente del decir en verso, de declamar en carnes frutales lo hallado, el nombramiento de lo epifánico. Y el cultivo en las manos, como quien lleva un ramo de versos crecidos y creciendo 'sine die' desde los tiempos sin tiempo de la conciencia poética y humana, es el obrar del poeta (de la poeta, en este caso), que se prefigura como una parte del todo natural que nos conforma.


Es un placer seguirte la estela y, cual 'Alicia', no perderla, sino abrirse confiadamente al azar del viaje vital y onírico que propones, sin perder de vista que no rehúyes la dureza de lo que vive porque muere o muere porque vive.


¡Felicidades, querida poeta!


Jorge Rodriguez, poeta, escritor, autor de Stonberg editorial


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